Como cada año, el 19 de octubre, se celebró el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama. Enfermedad que ha superado la incidencia del cáncer de pulmón, con alrededor de 2,3 millones de casos nuevos en 2020 y que supone alrededor de 685000 muertes al año.
Octubre, mes rosa. Mes de concienciación en la prevención del cáncer de mama y de sumarse a la causa con campañas cuya finalidad tiene un interés comercial más que de contribuir a la prevención.
No voy a ser yo quien diga que ciertos colores deben corresponder a un género determinado. Pues eso del azul para el niño y el rosa para la niña está más que anticuado. Sin embargo, en el contexto de alimentación y salud, el rosa sí se emplea en asociación a la mujer.
Gama rosa de alimentos
La gama rosa de los supermercados comprenden todos los lácteos desnatados (yogures, quesos, leche); los productos light, bajos en calorías o con bajo aporte de grasas como margarinas, fiambres de pavo, galletas, cereales de desayuno, mermeladas (que ni tan siquiera son interesantes nutricionalmente) y también infusiones, suplementos y sustitutos enfocados a la pérdida de peso, igualmente, sin ningún respaldo científico tras su eficacia.
Nos dicen que debemos cuidar nuestra silueta, darnos un capricho de vez en cuando sin sentirnos mal (porque el producto tiene menos calorías que la versión original), que debemos sentirnos ligeras, con la tripa plana, y se ejerce de forma indirecta cierta presión con un canon de belleza determinado bajo anuncios con frases que seguro que nos resultan más que familiares: “Te ayuda a cuidarte/mantener la línea”; “Para mujeres que se cuidan”; “Siéntete ligera por las mañanas”; “La vida no está hecha para contar calorías”, etc.
Es totalmente irónico porque ninguno de los productos anunciados con dichos reclamos, beneficia en la salud de la mujer (ni tampoco de hombres). Pues no se tratan de frutas, verduras, legumbres, fuentes proteicas de calidad, frutos secos, aguacate o aceite de oliva. A excepción de los lácteos desnatados, el resto son productos azucarados, salsas y alimentos de baja calidad nutricional.
Light, bajo en calorías o en grasa no es sinónimo de saludable, ni tampoco sinónimo de perder peso. De hecho, la ingesta de este tipo de productos ha demostrado estar relacionado con un exceso de grasa . Pues, además de que no especifican la dosis a ingerir, no sacian.
¿Por qué un lazo rosa para el cáncer de mama?
En resumidas cuentas, lo que en un principio era un lazo color melocotón, pasó a ser rosa por cuestiones comerciales de una revista. No es de extrañar. Siempre se ha relacionado este color con el género femenino. Y, aunque exista un porcentaje de hombres que también sufren la enfermedad, las mujeres son quienes realmente representan un alto porcentaje.
Y si no es marketing, ¿por qué hay marcas que emplean este color para, supuestamente apoyar la causa, cuando realmente están tratando de lucrarse?



El pinkwashing, de las palabras pink (color rosa) y de whitewash (blanquear o encubrir), es una estrategia de marketing de empresas que aseguran apoyar a las mujeres con el cáncer de mama, cuando realmente buscan obtener beneficios económicos. Pero lo realmente asombroso, es que se hagan con alimentos asociados a un mayor riesgo de cáncer como la bollería industrial, o incluso cancerígenos como el alcohol.
Contribuir a reducir el riesgo de cáncer de mama, y por tanto a su prevención, sería informar claramente del riesgo que supone consumir este tipo de productos para que cada uno decida asumir el riesgo que considere una vez informado.