¿Sabes por qué no deberías ponerte a dieta en enero si quieres perder peso?

Tener como propósito perder peso de cara a un nuevo año, es algo bastante habitual. Y si estás leyendo esto, probablemente no sea la primera vez que te planteas este objetivo. Por tanto, ¿qué ocurre para que, constantemente, año tras año, enero sea el mes para comenzar una dieta de cara a perder peso?
En este artículo descubrirás por qué iniciar una dieta en enero está destinado al fracaso.
¿Por qué enero para hacer dieta?
En realidad, enero es un mes de propósitos en busca de una mejora en nuestra salud. Cambiar ciertos hábitos, como la alimentación, aumentar la actividad física y abandonar el tabaco, suelen ser los más repetidos. Incluso en septiembre también es fácil observar propósitos enfocados a mejorar el estilo de vida. Quizás no tanto en relación al tabaco, pero sí cuando hablamos de ejercicio y alimentación. Por lo que lanzo la siguiente pregunta: ¿Qué hacemos antes a estas fechas que nos crea la necesidad de mejorar? Es sencillo, en las vacaciones de verano suelen haber excesos y sedentarismo, igual que en las navidades.
Si durante todo el año existe un estilo de vida saludable, basado en hábitos alimentarios y vida activa, excesos puntuales durante unas vacaciones o una menor actividad física, no sería un tema del que preocuparnos. Pues difícilmente pudiese afectar de forma negativa a nuestra salud. Lo importante es lo que hacemos de forma habitual, no puntualmente. Debemos dejar esto claro y comenzar a entenderlo cuanto antes si realmente queremos crear hábitos sostenibles en el tiempo.
Extremos, el enemigo para crear hábitos
Somos extremistas. O lo hacemos todo perfecto, o por el contrario, descuidamos nuestros hábitos por completo. Antes de verano, operación bikini para después sufrir un rebote durante el verano. En septiembre, de nuevo, dieta y apuntarse al gimnasio. Pero poco dura la “motivación”. Porque pretendemos pasar de un verano de excesos, sin movernos, a ir 5 días al gimnasio y comer ensalada, brócoli, pollo y merluza a diario. Lo siento, eso no es realista. No puede durar mucho tiempo.
Llega la Navidad y claro, en lugar de asistir a eventos puntuales y disfrutar de los días festivos con amigos y familiares, hacemos un “de oca en oca” y arrastramos esos excesos al día a día, pensando que continuar acudiendo al gimnasio o con una vida activa sin descuidar nuestros hábitos alimentarios, es algo que no sirve de mucho. De hecho, desde finales de octubre se viene consumiendo turrón.
Es totalmente surrealista pensar, igual que sucede tras el verano, que al finalizar las navidades vamos a poder sostener un cambio drástico en nuestra alimentación. Ya te lo adelanto.
¿Quieres perder el peso que has ganado en años, en un par de meses?
Vamos a ponernos en contexto y mirar hacia atrás. En concreto, vámonos al 2020 en una situación de pandemia por Covid-19 y confinamiento. Si lo recuerdas, ese mismo enero el propósito de hacer dieta para perder peso también estaba, y entre una cosa y otra, nos vimos encerrados en casa, con mucho tiempo disponible, sumado a una situación de cierto estrés e incertidumbre. Sedentarismo, aumento de la repostería casera, dulces, fritos, más calorías y menos gasto en general. Ese año, posiblemente, no hubo operación bikini pero sí que se produjo un aumento notable de peso que fue arrastrado todo el año hasta la Navidad (además de arrastrar los hábitos que se habían modificado durante esas fechas). Y entre esa época, hasta ahora, han pasado 2 años. Y seguramente, más de una subida y bajada de peso. O ni si quiera, eso, sino que desde entonces, es complicado deshacernos de los kilos aumentados durante este tiempo. Por tanto, hay que poner los pies sobre la tierra y ser conscientes para no caer en el error de seguir ninguna dieta o recomendación que nos prometa una pérdida rápida de peso o un número de kilos a bajar en un tiempo determinado. Porque no va a ser sostenible. Porque una dieta no enseña ni educa en cambiar o mejorar hábitos. Es un papel a seguir con una serie de normas a cumplir. Además de no ser sostenible, al abandonarla, se retoman los hábitos que antes teníamos.
¿Qué debemos hacer en lugar de plantearnos una dieta en enero?
“En enero me pongo a dieta” es lo mismo que “el lunes comienzo la dieta”. Si de verdad quieres perder peso, ahora es el momento de comenzar. Pero no con una dieta, con un profesional. Con un nutricionista que te acompañe y te ayude a ir, poco a poco cambiando aquellos hábitos que te han llevado a la situación en la que te encuentras. Que no es cuestión de peso. Que el peso no es el problema. Los hábitos son la causa, ¿por qué nos centramos en la consecuencia (el número en la báscula?
Nunca es tarde para cuidarse. Pero claro, una cosa totalmente diferente es hacer dieta. Para eso es difícil estar preparado. ¿Quién querría estar pasando hambre, limitar ciertos alimentos y que su vida social se vienes afectada? Hacer dieta NO es cuidarse.
Es lógico pensar eso. Sin embargo, nada tiene que ver eso con aprender, disfrutar y ser autónomo en cada decisión. Tener flexibilidad dentro de unos hábitos saludables es lo que te permite ser adherente y disfrutar de un nuevo estilo de vida.
La diferencia entre hacer dieta y crear hábitos es que una tiene fecha de caducidad, y te hace depender toda la vida de ello, arrastrando una mala relación con la comida y, por el contrario, crear hábitos te permite disfrutar de la comida, vida social y bienestar.